Somos personas que hemos venido
libremente y de forma voluntaria, que después de la manifestación del 15 de
Mayo hemos decidido estar juntas y ser cada vez más en la lucha por la
dignidad. No representamos a ningún partido ni asociación y tampoco ninguno nos
representa.
La marcha partió de Barcelona el día 8
de agosto con destino a Bruselas. De Plaza Cataluña salieron 20 valientes con
la iniciativa de recoger las quejas y propuestas a nivel local y global de cada
individuo mediante las asambleas de cada pueblo, llegando a un total de 55
pueblos asambleados.
Con el trascurso del tiempo, el número
de participantes ha aumentado progresivamente motivando y ayudando a la
organización de la marcha, llegando a ser un gran número de integrantes caminando
juntos hacia un mismo destino.
El grupo a recorrido durante las
diferentes etapas una media de 30 km diarios, llegando a ser tramos de hasta 50
km. Hemos caminado bajo el sol abrasador de agosto en España, bajo el cielo
nublado de Francia y contra el frio viento belga.
Durante la estancia en España no hubo
problemas a la hora de reivindicar el espacio público tomando las plazas. Una
vez pasada la frontera española empezamos a encontrar los primeros problemas,
como la amenaza de carga de Montpellier, de la cual la única repercusión que
hubo fue no poder plantar las tiendas. Una vez en el centro del país, en una
ciudad como Evry, nos intentaron intimidar con numeroso cuerpos policiales
llegando a la conclusión de que “si el pueblo quiere que acampemos,
acamparemos” terminando cediendo por parte de la alcaldía.
El 17 de septiembre París fue el
escenario donde se reunieron las diferentes marchas de Indignados que
atravesaron Europa con destino a Bruselas, razón por la cual política y
filosóficamente fue, es y será un evento excepcional.
París, la ciudad del amor se convirtió
en territorio hostil para un indignado,
en el momento que saliamos del metro teníamos a la policía vigilando y
evitando nuestra libre movilidad por la calle, helicópteros observando nuestros
movimientos, policía secreta sacando información de las asambleas internas,
sufrimos un acoso continuo por parte de las autoridades para evitar que la
marcha cumpliese sus objetivos. Tuvimos tres fuertes encontronazos con la
policía: el primero fue el dia de la manifestación pacífica donde dimos apoyo a
la acción de ocupa Wall Street, que se realizaba al otro lado del charco, el segundo fue cuando marchábamos por las
aceras de la ciudad y el tercero fue el dia que nos acorralaron en la bolsa
como ratones. Todos los actos policiales se caracterizaban por la desmesurada
presencia de los supuestos agentes del orden, acabando las dos últimas represiones
con más de un centenar de detenciones injustificadas.
Durante el trayecto hemos
realizado acciones y trabajos como pasacalles, performans, trabajo de
difusión, integración del movimiento asambleario, etc.
Estamos viviendo
un momento histórico sin precedentes en nuestra democracia: la indignación se
ha transformado -gracias al apoyo masivo de los ciudadanos- en esperanza de
cambiar lo que tanto nos indigna. Vamos a necesitar energía, valentía y ganas
de trabajar en un proyecto común. Si un hombre pierde la memoria
antes de salir con la marcha, al final del trayecto para esa persona no existirían fronteras.
Hagamos este sueño realidad y pasemos del yo al nosotros.
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